¿CÓMO ELIMINAR EL ACNÉ?
Si bien el tratamiento dependerá del tipo de acné y de piel que tengas hay ciertos consejos que pueden servir: Lávate la cara dos veces al día con jabón para acné, no te revientes los granos, no te toques la cara con manos sucias, protégete del sol.
El acné es habitual durante la pubertad, cuando las hormonas se descontrolan, haciendo que la piel produzca un exceso de sebo. Puesto que muchas de las glándulas productoras de sebo se encuentran en la frente, la nariz y la barbilla, esta área (la zona T) es donde salen más granos. Sin embargo, el acné también puede presentarse en la adultez.
La buena noticia es que hay formas de prevenir y tratar los problemas de la piel más frecuentes. El primer consejo (y el mejor) es que vayas a un médico para que te digan el tipo de acné y piel que tienes.
Los dermatólogos ofrecen diversos tratamientos que ayudan a prevenir y a controlar el acné, así como sus marcas o cicatrices. Un especialista puede ayudarte a encontrar el método de tratamiento que sea más adecuado para ti y te puede dar muchos consejos útiles para controlar el acné y cuidar tu tipo de piel.
Algunos salones de belleza y centros de hidroterapia y estética cuentan con especialistas en la piel, llamados esteticistas, que también te pueden ayudar. Sin embargo, aquí tienes algunos tips:
Lávate la cara dos veces al día (no más) con agua tibia y un jabón suave fabricado específicamente para personas con acné. Masajéate suavemente la cara describiendo movimientos circulares. No te frotes la cara. Lavarse demasiado y frotarse la piel puede irritarla. Después de la limpieza, la Academia Americana de Dermatología (AAD) recomienda aplicar una loción de venta sin receta médica que contenga peróxido de benzoilo.
No te revientes los granos, ya que, puedes empujar material infectado hacia capas más profundas de la piel, provocando más inflamación y enrojecimiento y haciéndote, incluso, heridas, que te pueden dejar pequeñas cicatrices permanentes.
Evita tocarte la cara con las manos sucias o apoyarla en objetos que tienden a acumular sebo y residuos de la piel, como el auricular del teléfono. Al tocarte la cara, puedes dispersar por ella las bacterias que hacen que los poros se inflamen e irriten. Para mantener las bacterias a raya, lávate bien las manos antes de aplicarte cualquier producto en la cara.
Si llevas lentes o gafas, asegúrate de limpiarlas a menudo para evitar que la grasa obture los poros que tienes alrededor de los ojos y la nariz.
Si tienes acné en otra parte del cuerpo, evita llevar prendas ajustadas, que no permiten que la piel respire y pueden provocar irritación. Las bufandas, cintas para el pelo y gorros también tienden a acumular grasa y suciedad.
Desmaquíllate antes de acostarte por la noche. Cuando compres maquillaje, elige aquellos productos cuya etiqueta o envoltorio indique que son "no comedogénicos" o "no acnegénicos". Tira el maquillaje viejo.
Lleva el pelo limpio y evita que te entre en contacto con el rostro para que la grasa y la suciedad que contiene no te obture todavía más los poros de la piel.
Protégete la piel del sol. Puede parecer que el bronceado disimula el acné, pero solo se trata de algo temporal. El bronceado puede empeorar el acné, en vez de mejorarlo. El sol también provoca lesiones en la piel que, a la larga, favorecen la aparición de arrugas e incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Toma un suplemento de zinc. Es un nutriente importante para el crecimiento celular, la producción de hormonas, el metabolismo y la función inmunitaria. También es uno de los tratamientos naturales más estudiados para el acné.